martes, 21 de febrero de 2017

"En el tren"- Leopoldo Alas Clarín

   
El texto de “Clarín", se condensan las ideas de Clarín sobre la guerra de Cuba. Se narran los hechos con un narrador omnisciente en tercera persona, el cual nos presenta a los distintos personajes y lo sabe todo acerca de ellos. A su vez el estilo indirecto libre es utilizado en la historia. Es decir, el narrador no repite las palabras de un personaje con total precisión sino que finge ser uno de ellos y habla como tal.
 El contexto histórico se encuadra en una época determinada, en este periodo se corresponde a finales del siglo XIX y principios del XX. España estaba en conflicto con distintos territorios colonizados y la situación  política era un tema tenso y difícil en la sociedad. También es importante el papel de los escritores de la época, puesto que estaban hartos de que España fuese el hazmerreír de Europa, tras haber  sido una de las mayores potencias.
 Los distintos personajes que aparecen se dividen en principales, los que tienen palabra y la acción recae sobre ellos, y en secundarios, los cuales son mencionados y no desempeñan un papel fundamental en la trama. Los personajes principales aquí son tres; el duque, el teniente y la viuda. Mientras que los personajes secundarios son cuatro; el jefe de estación, el general Zutano, Fernando y Adela.
 Los personajes que hablan bastante son los hombres, duque y teniente. En cambio, la viuda al ser un personaje femenino apenas habla, plasmando así el papel de estas en la época. Todo esto simboliza el carácter, la idiosincrasia y forma de comportarse de los personajes, además de su papel dentro de la sociedad de finales del siglo XIX. Ambos hombres son los que más uso del lenguaje hacen pero el duque utiliza un lenguaje retorico, con cierta verborrea, tal y como el de los políticos, mientras que el teniente tiene una manera de hablar mucho más simple, sencilla, directa y parecida al pueblo llano. A pesar de que ambos personajes principales tengan ideas tan divergentes, se pueden llegar a caer bien mutuamente y tener cierta humanidad.
 Y por último, la regla de las tres unidades se cumple, como si fuese una pequeña pieza teatral en la que todo debe de verse y oírse, al desarrollarse todo en un mismo sitio.


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